Hoy en Económicamente Incorrecto se lanza una nueva sección. Se trata de una serie de debates, donde ambos autores, @spg_sara y @bbarretea plantearemos diferentes puntos de vista a una situación. No desvelaremos quién ha planteado cada medida, debido a que el punto de vista puede no corresponderse con la opinión real de sus autores.La economía es una ciencia social e inexacta con un gran componente de incertidumbre, por ello, su comportamiento es objeto de estudio desde su nacimiento hasta hoy. Posee características muy peculiares, entre ellas, la inexistencia de un proceso de crecimiento lineal. Tal es así, que numerosos economistas han analizado durante años los llamados ciclos económicos.
¿Qué es un ciclo económico? Una serie de variaciones en el comportamiento de la economía que dan lugar a fases de crecimiento y crisis, que producidas de forma sucesiva, forman los citados ciclos, movimientos recurrentes de duración irregular.
Para paliar, o llegar a evitar las consecuencias de estas oscilaciones cíclicas nacen las políticas macroeconómicas, basadas en la actuación en materia fiscal y económica por parte del Estado.
La teoría económica es clara con respecto a las medidas que debe tomar el gobierno en una época de recesión y crisis. Ahora bien, os vamos a mostrar la adecuación o no de la subida de los tipos impositivos en una época de crisis, donde la teoría nos dice, claramente, que en épocas recesivas hay que disminuir la carga tributaria de los ciudadanos, dando dos análisis extremos.
Adecuación de la subida de impuestos en tiempos de crisis
En épocas recesivas o de crisis, lo que importa es el gasto público, pues son los ciudadanos los que necesitan de una intervención para mantener un nivel productivo óptimo fomentando el consumo, y evitando la destrucción de empleo.
Cuando hablamos de un aumento de la carga tributaria que soporta el ciudadano estamos hablando de una política fiscal restrictiva. Esta política actúa a través de dos herramientas básicas:
- Disminución del gasto público.
- Aumento de impuestos.
Ahora bien, hay que saber hacer las cosas para que las políticas den el resultado que queremos.
Si atacamos los impuestos directos, podremos conseguir una adecuación aplicando una política fiscal mixta, restrictiva y expansiva al mismo tiempo. ¿Cómo? Subiendo los impuestos de manera progresiva, mayor carga tributaria a quién pueda aportar más a la sociedad.
Esta subida combinada con un aumento del gasto público como ayudas, prestaciones por desempleo y pensiones contribuirían a mantener el tejido empresarial activo, reactivando la economía.
¿A qué rentas debemos subir la tributación? A las sociedades, y a las grandes rentas y fortunas.
Si a esto, le sumamos una combinación de bajada de impuestos a las rentas más pobres, obtendremos un aumento de ingresos con un menor impacto en el consumo.
Por último, y como aclaración, una subida de impuestos en época de crisis puede ayudar a la economía siempre que se haga con cabeza, en combinación con un aumento de gasto público, y efectuándola en aquellos supuestos en que la combinación tenga el efecto adecuado que se persigue.
No adecuación de la subida de impuestos en tiempos de crisis
Hablar
de una subida de impuestos en tiempos de crisis es dejar un país
arruinado y cargarse de golpe y plumazo la sostenibilidad económica del
mismo. Por lo general, la eficiencia de los mercados se basa en una
demanda que compensa la oferta, esto es, para diferentes niveles de
precios obtendremos diferentes niveles de demanda. Esto es, la economía se encuentra en un punto de equilibrio cierto y conocido.
Y claro está, que si tocamos impuestos que afecten al nivel adquisitivo (todos)
de los ciudadanos, el consumo, que es fuente principal de ingresos para
el Estado debido a la tipología de impuestos como el IVA, se verá muy
afectado.
Tan
sólo en un mercado con demanda inelástica podríamos sobrellevar una
subida de impuestos, ya que sea cual sea el precio de los bienes se
seguirá comprando. ¿Qué bienes son más inelásticos? Artículos de primera necesidad (alimentos), gasolinas, tabacos...
Entrando en materia, la subida de impuestos en épocas de recesión económica (crisis) es totalmente ineficiente y una aberración dentro del mapa económico. Pongamos el claro ejemplo de España. En nuestro país se vive una situación de crisis de consumo
que hace que la producción de las empresas se vea reducida
drásticamente debido a la caída de la demanda de los consumidores. El
mercado buscará un nuevo ajuste de equilibrio, pero todos los empleados
que han sido despedidos, dejarán de consumir, reduciendo la demanda y provocando una nueva caída de la oferta.
Vivimos una situación de
espiral , una pescadilla que "se muerde la cola". Hay que romper con
esa crisis del consumo, y una subida de impuestos indirectos o una
detracción mayor en los impuestos directos (IRPF) lo único que produce
es una disminución del consumo y un aumento del gasto público en prestación social. Además, conlleva una caída de la recaudación del estado debido a que al existir menos trabajadores generando riqueza, se recaudará menos en impuestos directos, y por la nueva caída del consumo se recaudará mucho menos en impuestos indirectos.
Una subida de impuestos al ciudadano (IRPF, IVA, Tasas) producirá
el efecto contrario al deseado: más recesión y una salida tortuosa de
la crisis. Existen teorías alternativas que abogan por gravar más la posesión (vivienda, automoción, segunda vivienda, tasas de servicios...) y no sería una mala solución si no fuera porque todo conlleva a la misma situación: pérdida de confianza del consumidor en el sistema y nuevas situaciones de crisis.
Y tú ¿Qué opinas? - Twitter: #EIdebate1
Protesto!
ResponderEliminarNo hay debate, ambos abogáis por una subida de impuestos directos, por no tocar los indirectos y por el fomento del consumo.
Buenos días,
ResponderEliminarLo último es a modo de solución. La economía no es blanca o negra siempre se ha caracterizado por ser mixta, y así es como se debe ver una aplicación de las politicas fiscales en pro de la economía. La teoría es muy bonita si pasa esto tienes que hacer esto, pero en la realidad es imposible.
Ambos damos dos analisis, el sí y el no, y una solución factible. El sí es la necesidad de financiar el gasto público insostenible en épocas de crisis, y el no, la detracción del consumo y el empobrecimiento de la sociedad, entre otras. la solución, llenar las arcas con cabeza, ¿cómo? Ya lo decimos, algo de razón tendremos que tener si coincidimos en una poble solución frente a la subida impositiva.
Claro que tenéis razón, y coincido con ambos, pero cuando hay tal coincidencia no hay debate.
ResponderEliminarNo es una crítica.
Señor Fonseca, si se fija usted bien, también critico la subida de impuestos directos, ya que devengaría en la misma situación, restricción de la riqueza y por tanto del consumo. Cito medidas alternativas que también tiro por tierra.
ResponderEliminar¿Cuál es su opinión al respecto?
Señor Barrete, critica la subida de impuestos directos en los tramos más bajos, pero es que una subida aún mayor acabaría siendo confiscatoria. Apoya la subida en los tramos más altos y a las sociedades.
ResponderEliminar¿Mi opinión? Bueno, no soy economista y no me he sentado seriamente a pensarlo, pero me lanzare sin meditarlo mucho:
- Subida cuantiosa de los tramos más elevados del IRPF, y bajada de los más bajos y medios para generar liquidez, que genere consumo.
- Extracción de las rentas de capital de este impuesto y creación de uno directo sobre las mismas por tramos, tanto para personas físicas como jurídicas, en que los más elevados apenas permitan beneficios (60-7% de gravamen) para evitar la congelación de capital y dinamizar la economía.
- Endurecimiento de las penas y multas por fraude, incluyendo una sanción económica fuerte a los socios y accionistas por culpa in eligendo de los actos del administrador (siempre que este tenga menos del 51% de las acciones o participaciones).
- Creación de tramos para el impuesto de sociedades, con una subida del más elevado hasta el 40 o 50% del beneficio obtenido.
- Bonificación para sociedades y personas que mantengan TODO su patrimonio en territorio nacional.
- Creación de impuestos específicos a determinadas actividades, por ejemplo depósitos bancarios (Perdón ese existe, pero su gravamen es 0)
Bueno, son algunas cosas que se me ocurren, pero no son taxativas ni meditadas seriamente, podrían tratarse en esas sinergias previstas proximmente.