Posiblemente en unos años tengas que pasar por una etapa de la vida nueva: la jubilación. Ahora bien, en la España actual...¿Cuál es el futuro de las pensiones?Si has estado pendiente de las noticias en todos los medios habrás podido leer titulares del tipo: "El superávit de la Seguridad Social se reduce en...", "Desciende la hucha de las pensiones en un...", "el Fondo de reserva de las pensiones se reduce en..." La pirámide demográfica en España no es muy halagüeña. El envejecimiento de la población es notable, a la vez que la esperanza de vida se va alargando, situación que a futuro puede llegar a comprometer la viabilidad del sistema actual de pensiones.
Si a esto le sumamos el momento de crisis que vive España, en el que actualmente tenemos un 50% de la gente joven parada, que lejos de contribuir al sostenimiento del modelo vía cotizaciones detrae dinero del disponible del Estado por las ayudas y prestaciones necesarias, la viabilidad financiera de las pensiones a 20-30 años vista está más que cuestionada.
Desde 2007 vivimos una situación crítica en el mercado laboral con tasas de paro superiores al 25% en el que los llamados a financiar y sostener el modelo en el futuro no trabajan. La juventud tiene una mala perspectiva de cara al futuro, tanto por la dificultad que tendría el modelo de no reformarse su financiación, como por la reducción notable que percibirían en sus prestaciones -en caso de tenerlas- debido a estos años de inactividad. Sumando ambos factores al envejecimiento, la ecuación queda clara: hacen falta más recursos con menos dinero disponible y una demanda de financiación creciente de forma exponencial.
Considero que hay que estudiar un cambio urgente del modelo, y que en esta línea tienen que trabajar los sucesivos gobiernos que tomen el mando a partir de este mismo año: el modelo financiado únicamente por la Seguridad Social está condenado en España. La tasa de natalidad -que garantizaría ingresos a futuro- está lejos de remontar a cifras aceptables para poder sostener la masa de población retirada, y cada vez es mayor la esperanza de vida en nuestro país. Además, las mejoras en materia Sanitaria y social, alargarán aún más dicha esperanza en los años venideros -si los recortes lo permiten-.
Es por tanto, absolutamente necesario reformar el sistema actual -compuesto por las aportaciones de las empresas, de los trabajadores y de los Presupuestos Generales del Estado- y dichas medidas pasarían por:
- Fijar para todos los trabajadores un modelo público-privado de pensiones financiado por las empresas y los trabajadores. Todo trabajador tendría derecho al acceso a una renta básica (pensiones actuales) en función de sus aportaciones salariales y además percibiría una renta en función de una aportación simbólica a un fondo de pensiones privado supervisado por el Estado (por ejemplo, un 2% de su salario bruto que se vería deducido en un 50-100% del IRPF, por ejemplo en la parte autonómica) . La empresa se vería obligada a aportar una cantidad mayor a dicho fondo (compensándola por medio de exenciones de algún otro tipo de impuesto). Lo que está claro es que en ningún caso debe suponer un coste directo a trabajadores y empresas, ya que se penalizaría la contratación y por tanto, el aumento de la recaudación. Se ha de producir una re-distribución de los impuestos.
- El Estado sería un contribuidor esencial de dicho modelo público-privado de pensiones, contribuyendo a la "hucha" de cada trabajador con una cuantía mensual derivada de las aportaciones directas de IRPF por la vía del ahorro y un porcentaje de las aportadas por la vía de la parte General. ¿No se cede un 0'7% a fines sociales y un 0'7% a la Iglesia de forma voluntaria? Impongamos ceder un 0'7% de la recaudación del Estado a la financiación de las pensiones.
- Modificar la financiación del impuesto por medio de otras tasas y tributos (vía impuestos directos o indirectos). Actualmente, la Seguridad Social es una de las financiadoras principales del modelo. Es esencial que al igual que en otros sectores el Estado financie el modelo por medio de impuestos de otro tipo. ¿No se destina un % de la recaudación de hidrocarburos a Sanidad? ¿Y por qué no destinar una partida mayor a la actual a las pensiones de los ciudadanos?.
- Incentivar por medio de exenciones y reducciones fiscales a las empresas que más aporten a los planes mixtos para garantizar el retiro de sus trabajadores. Y premiar a las empresas que desarrollen planes de pensiones privados para sus trabajadores. ¿Qué fondos serían estos? Aportaciones mensuales que hicieran las empresas a una cuenta a entregar al trabajador al final de su vida laboral como "gratificación por el servicio prestado" o a sumar a su indemnización por despido / cese de contrato (Que no se percibiría, iría directa a financiar su hucha personal de pensiones).
- Reducción de las exenciones fiscales en determinados tributos. No eliminarlas, pero si reducir los baremos aplicables a ellas. Por ejemplo, si se impone una reducción en un determinado impuesto, minorar la base imponible a un nivel razonable a partir de la cual deja de ser aplicable para, por un lado garantizar el desahogo financiero de las empresas y por otro garantizar el sustento de la ciudadanía.
- Las aportaciones a impuestos que debe realizar el ciudadano. Si ha de realizar un esfuerzo, se debe compensar con otro impuesto.
- No se debe asfixiar a las empresas,o por lo menos se debe premiar a aquellas que velen por sostener el sistema de sus trabajadores más allá de la Ley.
- No se deben introducir impuestos nuevos en temas sensibles (por ejemplo el consumo esencial). Los impuestos introducidos deben repercutir poco o nada en los ciudadanos ya que al final velar por el consumo es necesario. Y a las empresas si las impacta se las debe compensar para garantizar su financiación.
¿Cuál es el coste de todo esto? NULO. El Estado debe implantar un modelo mixto sin consecuencias económicas para empresas y trabajadores. Se trata de ordenar los impuestos actuales, y canalizar el gasto que se hace a sectores más críticos (en vez de a Administraciones Públicas duplicadas, beneficios para los que nos gobiernan o sueldos y salarios desorbitados). Si no hay dinero, se recorta de donde no sea tan necesario. En definitiva, el Estado debe garantizar la supervivencia de su ciudadanía en su etapa de retiro.
Me parece inconcebible que en pleno siglo XXI tengamos que vivir situaciones donde una persona de edad avanzada no tenga garantizado su sustento y sus necesidades básicas.
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