Un artículo de Sara Patrón.
Hoy en día, tal y como está el mercado laboral es importante tener todo tipo de habilidades y conocimientos. El inglés es el más demandado entre las empresas. Pero, ¿es realmente importante saber inglés para ser el mejor candidato?
El problema con los idiomas está muy arraigado en nuestro país, y eso es tal que ni el presidente del gobierno domina el idioma.
Puedes ser un profesional en toda regla y ser un activo humano muy potente en la empresa, pero si no hablas inglés muchas empresas no se molestan ni en tenerte en cuenta en una primera preselección de candidatos. Esto es algo que pasa a diario, y es, por sí, desmoralizante, que cuando encuentras una oferta en la que encajas a la perfección exceptuando el idioma, ni siquiera te tomen en cuenta por ese hecho. El hecho es que en páginas de empleo que te realizan un cuestionario previo, te encontrarás el 80% de las veces con la pregunta: “¿Cuál es tu nivel de inglés?” Y si no das las respuesta esperada, mínimo un First Certificate, ya te descartan sin siquiera llegar a una toma de contacto telefónica, a pesar de que el resto de requisitos los cumplas a la perfección.
Hay gente que tiene facilidad para los idiomas y a otros les cuesta, pero es tan importante el dominarlo como el intentarlo. El esfuerzo debe ser una máxima para el buen profesional. Debemos intentar ser lo que el mercado nos exige que seamos, para poder optar a un trabajo digno, pero no es tan fácil como parece.
Hay profesionales muy válidos, que no poseen un idioma extranjero o que no lo hablan con determinada soltura, pero lo intentan y se esfuerzan en mejorar, no sólo sus habilidades si no su rendimiento. Ahora bien, yo me pregunto: ¿No es mejor contratar un buen profesional y darle después una formación de idiomas adaptada a su puesto?
Lógicamente, hablo de empresas que te piden un nivel de idioma que dista mucho de lo realmente usado en ese puesto. Si bien existe el caso, de que hablar inglés es necesario para el desarrollo de tu trabajo dado que el componente internacional de la empresa es muy importante, también, existe el caso contrario. Centrándonos en este último punto, para dos llamadas al año o, al mes incluso, ¿te pueden pedir un nivel bilingüe de inglés? ¿Es justo? ¿Cuántas empresas creéis que son las que realmente necesitan un profesional bilingüe de todas las que publican ofertas pidiendo ese nivel de idiomas? La excesiva carta o menú, por decirlo en términos coloquiales, de que disponen las empresas hacen que exijan más de lo que pueden comer, sin fijarse en la calidad de los platos.
Esto es lo que nos trae la crisis más requisitos para optar a un puesto al que antes podías optar por menos. ¿Por qué? Porque ahora lo que tienes vale menos que antes. Las empresas ya no se conforman con un buen solomillo, sino que lo quieren acompañado con una presentación elegante y con una guarnición que podría alimentar a una familia. Y todo por el mismo precio. Hay mucho donde elegir y por ello exigen tener más complementos. Pero, ¿eso significa ser un profesional destacado? ¿Significa que eres el mejor trabajador? El tipo de persona y de profesional queda oculto hasta la toma de contacto, sin esa toma, te dejas guiar por el aspecto del plato y no por su calidad.
Para mí, lo más importante a la hora de seleccionar un candidato sería el valor añadido que puede aportar a mi empresa, los complementos se pueden adquirir con formación dentro de la propia empresa, y creo que así debería ser. Formar al trabajador es muy beneficioso, aunque también tiene su riesgo, no sabemos el horizonte temporal de trabajo que esta persona estará con nosotros, pero hay que dar la oportunidad a las personas, porque eso es lo que debería primar en las empresas, las personas, como son y lo que nos aportan. Si tienes a un trabajador formado continuamente, en un puesto flexible, con un salario digno, y con un ambiente de trabajo distendido, no tiene por qué ir buscando eso en otra empresa. Las empresas no deben fidelizar solo a los clientes sino también a los trabajadores.
Por último, recalcar que es desmoralizante ver que eres totalmente válido para un puesto pero por la falta de un requisito, para los reclutadores, indispensable, te quedas fuera. Hoy por hoy, no es tan fácil aprender un idioma. Hace falta dinero, tiempo y mucho esfuerzo. Desde aquí animo a las empresas a reflexionar, el uso del idioma en su ámbito, y sobretodo, en los puestos que ofrecen, porque hay gente que daría el 200 por cien de su capacidad productiva, simplemente, por el hecho de brindarle una oportunidad a pesar de la falta de requisitos.
Sara Patrón González
Lda. en Administración y Dirección de Empresas.
Especialista tributario y fiscal.
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